Hoy en día vemos a nuestro alrededor grandes demonios de capacidad sin precedente, sobre los cuales nos sentimos indefensos. Pero el Cielo nos dice que hay una forma en la que podemos hacer algo al respecto, y la cual es muy importante. Esa forma es a través de la Santa Virgen María.
Desde el principio Dios Todopoderoso escogió a la Santa Virgen María como la Mediadora de todas las gracias y como el canal que llega a toda salvación. Así como Jesús es el Nuevo Adán, Ella es la Nueva Eva. Así como la Caída llegó porque una mujer escuchó a la serpiente, la Redención viene a través de otra Mujer pisando la cabeza de la serpiente bajo su talón. Este tema de una batalla cósmica entre la Mujer y la antigua serpiente se encuentra en las Escrituras de ambos, el Génesis y la Revelación. Y la tradición de la Iglesia entiende que esta Mujer es sin duda la Santa Virgen María.
En nuestros tiempos en Fátima y otros lugares, esta Mujer – la Santa Virgen María – reaparece, y nos pide que nos unamos a Su ejército espiritual mediante la consagración a su Inmaculado Corazón.
Es parte del plan original de Dios para salvar al mundo a través de su agencia de los grandes demonios que nos rodean. Es por la consagración que nosotros mismos que nos convertimos en su humilde “talón” con el que Ella pisa la cabeza de la serpiente.
La Consagración a la Santa Virgen María ha sido recomendada por todos los Papas recientes. Desde sus primeros años, nuestro ultimo, gran Santo Padre – San Juan Pablo II – se consagró el mismo a la Santa Virgen María (por ello su lema, "Totus Tuus").
Esta consagración es extremamente poderosa. En 1984 el San Juan Pablo II consagró Rusia a la Santa Virgen María en unión con muchos obispos. En 1988, la Hermana Lúcia en Portugal reveló que este acto finalmente satisface la petición de Nuestra Señora como la pre-condición necesaria para la conversión de Rusia. Y prontamente, el Imperio Soviético empezó a tambalearse. Pero el San Juan Pablo II nos aconsejó que todavía “es necesario que cada Obispo consagre su diócesis; cada pastor su parroquia; cada padre y madre, su propia familia."
Se le invita en estos tiempos difíciles por nuestras familias, nuestro país y nuestro mundo a que atienda estas peticiones, y se una al ejército de la Santa Virgen María para ayudar a pisar la cabeza de la serpiente. Se le pide que haga un acto muy poderoso de Consagración Total, y de vivirlo en su vida diaria. Consagrarse es simplemente hacer el regalo de uno mismo en su totalidad a Dios (a Jesús a través de María) en el cual usted se rinde a Ellos para que puedan trabajar en y a través de usted. Ellos le guiarán en su vida diaria y le darán las gracias para cumplir con el plan que Ellos tienen para usted. Aquellos que ya viven la consagración, pueden testificar sobre la Mano maravillos que inteviene en todos sus asuntos diarios.
El estilo de preparación para la consagración de St. Louis de Montfort, es una bella forma de hacer el proceso seriamente. La preparación es una serie sencilla de ejercicios espirituales que consta de 33 días consecutivos, cada día representa un año en la vida de Jesús. Puede hacerse una de las seis veces que se hace al año.
Una de estas preparaciones termina en la Fiesta de la Anunciación, usualmente el 25 de Marzo, cuando Nuestra Señora nos pide que hagamos la consagración juntos unidos con todo el mundo, uniendo nuestros propios mandatos al Suyo. El folleto de la Consagración Total contiene todas las oraciones y lecturas para cada día, además de un calendario que le facilita seguir la preparación.
En unión con la petición de Nuestra Señora, empezaremos la preparación el 20 de Febrero y continuaremos por 33 días hasta la Fieta de La Anunciación del Señor, cuando realizamos la consagración.
Todo se puede hacer en privado, Pero en La Anunciación del Señor, tiene una invitación de asistir al acto colectivo de consagración (por primera vez, o en su renovación anual) que tendrá lugar en la Santa Misa.
[Muchas gracias a Pat y John por la información proporcionada en esta página.]